¿Qué se hace cuando tu trilogía favorita llega a su fin? Si eres como yo, te quedas casi un año sin leer el desenlace por la negación que se ha apoderado de ti. No puedes terminar Finale. Tu historia favorita no puede llegar a su final si tú no lo lees. Te lo repites y lo crees. Eventualmente, decides que ya es hora, la intriga te carcome y quieres un poco más de los protagonistas.
Hace unas semanas fue mi hora, en un suspiro leí Finale de Stephanie Garber.
Every story has four parts: the beginning, the middle, the almost-ending, and the true ending. Unfortunately, not everyone gets a true ending. Most people give up at the part of the story where things are the worst, when the situation feels hopeless, but that is where hope is needed most. Only those who persevere can find their true ending.
Stephanie Garber.
Antes de Finale, ¿dónde nos quedamos?
En Caraval, la primera parte de la historia, conocimos un juego espectacular que se empeñaba en hacernos dudar sobre qué era realidad. El primer paso en un mundo que se amplió por completo, y cambió su configuración, con Legendary. ¡Uy! ¡Qué evolución! La segunda entrega nos presentó nuevos personajes, The Fates, y se aventuró a profundizar en el misterioso personaje de Paloma, la madre de las hermanas Dragna.
A decir verdad, Legendary terminó con un cliffhanger imperdonable: Dante dejó a Tella y, tal y como se llega a sospechar a lo largo del libro, se desenmascara como Legend y se posiciona como el heredero al trono. Ni hablar de los Fates, corriendo por las calles de Valenda.
Con ese final, con esa expansión del mundo, sólo quería una cosa: respuestas. Respuestas a qué había detrás de Paloma, ahora Paradise The Lost, The Fates y una explicación del actuar de Dante, porque… en definitiva había algo ahí, entre él y Donatella.
Y partimos con Finale…
Como ya mencioné, no leí Finale recién salió. De hecho, tardé lo que para mí fueron largos meses en animarme. Las expectativas estaban por los aires; el miedo a un final, por el espacio. De hecho, así lo inicié: temerosa.
En esta ocasión, bajamos a las calles de Valenda justo dos meses después de los hechos de Legendary. Mientras que Scarlett se enfrenta a su deseo de conocer a su antiguo prometido, Tella tiene sueños con el maestro de Caraval; y juntas tienen que cuidar de su madre, siempre a la expectativa del retorno de los Fates. Esas divinidades, diría yo, que uno anticipa que las hermanas Dragna deben detener… ¿pero cómo? Legend es el enemigo y ellas no tienen poderes. ¿Ahora qué?
Sufrí un poco en este libro…
No tuve mucho tiempo para hacer conjeturas ni teorías, durante la primera tercera parte del libro me topé con sucesos que rompían cualquier idea posible, por ello decidí que me llevara la corriente. Sin embargo, sí me costó mantenerle el paso al libro: todo sucedía rápido y sin mucha explicación, llegando a aburrirme un poco porque… no entendía, hasta más avanzada la trama.
Uno de mis problemas más grande fue Paloma, o Paradise The Lost. Dios, me sacó mucho de onda. Es un personaje que, hasta cierto punto, lo sentí en una frecuencia distinta al resto de los personajes. Siempre yendo en dirección contraria. No entendía su actuar [abro alerta de spoiler]: despertó y lo primero que hizo fue desaparecer de nuevo e intentar ser la superheroína. Solo para morir en el intento de una forma muy estúpida, ¿o sea? I’m not even sorry to say que agradecí mucho su desaparición final.
Paloma es uno de esos personajes que tenía potencial, potencial para agradar y que la gente empatice con ella; de la misma forma que llegamos a conocer a Legend al derecho y al revés para no tacharlo de mil cosas. Al igual que Paloma, su actuar me resultó un misterio, pero disfruté sus intercambios con Tella.
También disfruté mucho a nuestros protagonistas.
He smelled of magic and heartbreak, and something about the combination made her think that despite what he claimed, he wanted to be her hero.
Stephanie Garber.
Legend es ese personaje que continúa creciendo incluso en el tercer libro, aprendes el origen de su magia, un poco de su pasado y la configuración de sus creencias. Poco a poco lanza pistas por aquí y por allá, y como Tella, no pude evitar creer que su actuar era una fachada de sus verdaderos sentimientos, sus deseos. ¿Quién no ha cometido errores o actuado de forma errónea por miedo a los estragos del amor? En el caso de Legend, todo cambiaría.
Era cuestión de esperar, de la misma forma que esperar era la respuesta para que otro personaje se dejara de berrinches y aceptara, finalmente, a su pretendiente. ¡Se veía a leguas que era él! Obviamente hablo de Scarlett. La dinámica de ella y Julian me fascinó durante Caraval, sin embargo, en la segunda entrega se volvió un poco chocante. De manera milagrosa, en Finale recuperó el encanto y en cierto punto se volvió muy interesante. ¿Cuándo hemos visto que una chica ponga retos a sus pretendientes para decidir con quién se queda? ¡Múltiples! Y sigue siendo entretenidísimo.
Al final del cuento…
Tella y Scarlett nos condujeron por un mundo que se ha convertido en un sueño, un espectáculo o ambas opciones; donde necesitas seguir adelante, porque ese no puede ser el final. Porque hay cuatro finales.
Occasionally, there are minutes that get extra seconds. Moments so precious the universe stretches to make additional room for them, and this was one of them. People don’t get pauses like these very often. Some people never receive them at all.
Stephanie Garber.
Pese a todas las dificultades, al conseguir una completa inmersión Finale, se convierte en una experiencia que cobra vida con la imaginación y tiene un encanto que solo puede suceder con la habilidad de la autora, Stephanie Garber.
He de confesar que Finale no es mi favorito de la trilogía, ese puesto se lo dejamos a Legendary, pero sí cumple con darle una conclusión con broche de oro a una de las trilogías que más me ha gustado en los últimos años. ¿Cuándo volveré a toparme una historia que se siente como un espectáculo repleto de magia? ¿Donde la magia se palpa? No lo sé, y me entristece. Queda cruzar los dedos.
