Olivia Camarena Cervera
[email protected]
Mérida, Yuc., México
Back

La FILEY: la que no es Feria del Libro 

Con tantas “Feria del Libro Fulanito-de-tal”, es fácil pasar por alto una que no lo es. Este ha sido el caso de la FILEY, la feria del libro (en minúsculas) de Yucatán. Para sorpresa de más personas de las que me gustaría poder enumerar, y como dato living rent free en mi mente desde no sabría decir cuándo, el acrónimo FILEY corresponde a Feria Internacional de la Lectura Yucatán. Está en chiquito dentro del logo, ¿te habías fijado?

Si hago un poco de memoria, me recuerdo a mí misma corrigiendo a tanta persona se cruzara en mi camino que tuviese la osadía de decir “Feria del Libro de Yucatán” o similar. “Es Feria de la Lectura, no Feria del Libro”. Favor de leer con tono cansado y a punto de rodar los ojos, cual Hermione. A últimas fechas prefiero morderme la lengua que andar corrigiendo gente.

La FILEY sí que entra en la categoría de “feria del libro”, así en minúsculas y con énfasis en “no es nombre propio”. Estos son eventos culturales que propician el encuentro entre lectores (compradores) y entes de la industria editorial (proveedores), aka editoriales, libreros, librerías y autores, entre otros. Aunque la mayoría de las ferias del libro están abiertas al público, hay eventos exclusivos de la industria editorial. Por ejemplo, la Feria del Libro de Fráncfort (Alemania) y la Feria del Libro Infantil de Bolonia (Italia). Otras, como la FIL de Guadalajara, cuenta con días profesionales y de acceso general.

Como los eventos culturales que son, las ferias del libro van más allá de la venta de libros: son espacios para la lectura, la cultura y la educación. Matilde Ramírez Alvarado, Miembro del Comité Organizador de la Feria Internacional del Libro de la Universidad de Carabobo (FILUC), nos habla de las funciones que cumplen este tipo de ferias:

1. Función cultural

Como evento cultural, la feria cuenta con espacios para las artes y la difusión del patrimonio histórico. Mientras que las ferias locales pueden quedarse en el ámbito local, las ferias denominadas «internacionales» integran a países invitados que participan con stands y actividades que permiten el intercambio cultural. Por supuesto, puede estar tan íntimamente relacionado con el libro y la lectura como con aspectos culturales (o pasajes históricos).

2. Función social

Ramírez explica que las ferias del libro son un agente que permiten el «afianzamiento de la democracia al proporcionar el libre acceso al libro». Esto bajo la aseveración —cierta— de que el libro es una fuente de conocimiento que permite formular una opinión crítica con fundamentos.

3. Función promotora de editoriales universitarias

Hay que retroceder. En Latinoamérica hay ferias organizadas por instituciones de educación superior, un par de ejemplos la FIL de Guadalajara (UdG) y la FILEY (UADY).

Por supuesto que en esas ferias encontramos stands inmensos de universidades promocionando libros académicos y narrativos, pero no es exclusivo de aquellas organizadas por estas instituciones. Las ferias del libro son un punto maravilloso para que investigadores, estudiantes, académicos y el público en general conozca la producción “en términos de igualdad en relación con las editoriales no universitarias».

4. Función de acceso al libro digital

A diferencia de las otras funciones, Ramírez dice “puede” al referirse a la función sobre el acceso al libro digital. Y me parece acertado. Si bien las ferias del libro se centran en el libro físico —papel y tinta en todas sus presentaciones—, también son un espacio para dar a conocer las opciones para acceder a los formatos digitales.

¿Qué tanto espacio se le da a esta “función”? Discutible en mi experiencia, que puede ser muy distinta a la tuya. En la FILEY (2023), quizá por el nivel de desarrollo digital a raíz de la pandemia, sí hubo opciones para la descarga gratuita de material intangible. Un cartelón en la entrada con QRs te invitaba a descargar un par de libros y uno más, con la cara de Carmen Boullosa, hablaba de un descargable al escanear el código.

Libro en la FILEY
Destino Manifiesto, poema de Benito Taibo

5. Función promotora del libro y la lectura

Sin duda, acercar el libro a niños, jóvenes y adultos es uno de los cometidos de las ferias. Conlleva propiciar una relación positiva hacia el libro y la lectura, alejar el prejuicio de ambos como un objeto y/o actividad aburrida, a veces producto del sistema educativo o experiencias (obligación) negativas anteriores.

La promoción se puede dar en dos vertientes: desde una visión pedagógica y de comunicación para formar mediadores que continúen con está cruzada más allá de las puertas de la feria; y dentro de la misma feria a través de un programa de actividades lúdicas, positivas, que sean atractivas para cada uno de los públicos.

Es común encontrar mesas panel, presentaciones, dramatizaciones de textos, talleres, cuenta cuentos, áreas de juegos y, por supuesto, un pabellón infantil que motiven a que el niño se encuentre con el libro en un espacio distinto a la escuela (o las bibliotecas, en caso de tener acceso).

Esta promoción de la lectura debe ser inclusiva e integrar alternativas de lectura, como son los libros en Braille y en formato audio (ya sea audiolibros o cuenta cuentos).

6. Extra (de mi cosecha): Acceso al libro

Ya hablamos de promover el libro en todas sus categorías, pero quiero hacer énfasis en esta función de “poner el libro al alcance del lector” gracias a la inmensa oferta literaria. Una feria del libro tiene un área de venta de libros con librerías locales e foráneas y editoriales de todos los colores y sabores, convirtiéndose en un escenario perfecto para que uno —como lector o curioso— se acerque a buscar un libro que llevaba tiempo buscando, libros importados y libros que recién va a descubrir ahí. ¿Hay un título discontinuado? Quizá algún anticuario lo tenga, me ha pasado en más de una ocasión .

La feria del libro y la lectura

Sin lugar a duda, las ferias del libro son un escenario de promoción del libro y la lectura, de cultura y democratización del conocimiento. Se centran en el libro; no está mal, definitivamente es una labor titánica necesaria. Sin embargo, hay que reconocer el nivel de compromiso que existe hacia el sencillo acto de leer cuando se decide poner “lectura” en el nombre del evento. Se siente, incluso, como una declaración, un acto de rebeldía.

La Ferial Internacional de la Lectura Yucatán se concibe como un espacio donde “se dan cita lectores, escritores, editores, promotores, académicos y creadores artísticos para celebrar la lectura como actividad que humaniza e impulsa el desarrollo social” (filey.org). O en palabras del rector de la UADY, Mtro. Carlos Alberto Estrada Pinto, “una fiesta […] dedicada a la lectura en todas sus expresiones y su gran diversidad”. El libro queda, en cierta forma, juntito pero en segundo plano.

Desde el primer día abundan las actividades afines a la lectura, como la charla “Lectura en voz alta y narración oral”, el Encuentro de Activación Lectora y presentaciones que se desarrollan con un énfasis en el acto de leer. También hay que mencionar a la FILEY como sede de uno de los encuentros de promotores de lectura de Fundación SM, que transcurrió el lunes y martes. Menciono algunos eventos del programa general, que por cierto lleva el lema “leímos, leemos y leeremos”.

Programa de la FILEY 2023, feria del libro

No estoy diciendo que el resto de las ferias del libro dejen a un lado la promoción (intensa) de la lectura; lo hacen a mucha honra. La FIL Palacio de Minería fue “concebida con el propósito de fomentar la lectura y el interés de los editores extranjeros, además de alentar el arte de la imprenta”, su compromiso está en el primer párrafo de “Historia sobre la feria”en su sitio web. La FENAL (Feria Nacional del Libro de León) surgió con el objetivo de “ser un espacio de formación de lectores y enriquecer, a través de la literatura, a las diversas generaciones de la ciudad y la región”. Como éstas, hay más.

El poner “lectura” en el título, como sólo lo hace 1 feria del libro (activa) de las 162 México (SIC México), denota el compromiso que hay hacia esta área de promoción e incluso conlleva darle ese espacio preferencial, ese énfasis, año con año. Lo tienes en el nombre, no puedes olvidarlo.

Nota: esta reflexión salió precisamente de una charla que hubo en el Encuentro de Promotores de Lectura de la Fundación SM. Para mi infortunio no tengo anotado quién puso esta semillita, pudo haber sido Verónica Murgia o Carmen Boullosa, eso me queda claro.

Olivia Camarena
Olivia Camarena
Oct. 1997. Comunicóloga apasionada por la literatura juvenil y la promoción de la lectura entre niños y jóvenes. La lectura nos hará libres.

This website stores cookies on your computer. Cookie Policy